Nacer, ese es
nuestro comienzo, el pasado, nuestros recuerdos de aquel tiempo en
que una simple gota de agua es algo nunca visto, momentos en los que
hay tanto por descubrir como por hacer. Si, infancia, etapa en la que
todo es maravilloso y nuestras únicas preocupaciones son no decirle
a mama mentiras, ganar en una partida de juegos de mesa, o incluso no
perdernos aquel capitulo nuevo de los dibujos animados, aquellos que
nos tienen entretenidos por tanto tiempo y nos hacen creer en las
fantasías, princesas y héroes perfectos que saben como hacer a
todos felices, nos incitan a dar vida una y otra vez, a ilusiones.
Casualidades de la
vida, rebobinar al pasado y ver que las ilusiones que sigues teniendo
estaban presentes desde un principio, tal vez no sean el mismo motivo
por el cual creías antes, pero, siguen siendo eso, ilusiones que nos
hacen creer aquello que es prácticamente imposible.
Y por mas que nos
demos cuenta de que nos ocurre, cerramos los ojos y decidimos hacer
caso omiso del futuro dolor, hacer que duren sentimientos, que duren
falsas expectativas ,... Y no nos vale rompernos el alma a nosotros
mismos queremos mas y mas, sabemos que ocurrirá, sabemos que todo
se romperá y nuestras pedazos caerán poco a poco de una forma
lenta, pero aun así decidimos continuar con ello.
Calculamos los instantes del suicidio de nuestro corazón,...
No hay comentarios:
Publicar un comentario